13/10/2021. 75 lecturas. Al primer ejemplar de Villamarta le vio Pepe Moral las virtudes desde el saludo con largas cambiadas en el tercio, mostrando la disposición con la que venía. Largo y con mucho gusto lo toreó el palaciego que sobresalió en el toreo al natural. Algo más de media estocada fue suficiente para tirar al toro rodao y pasear las dos primeras orejas de la tarde.
Al segundo, primero de la ganadería de El Pilar, le sopló naturales al ralentí en un trasteo que nunca perdió ni el interés ni la atención de un tendido que lo premió con una sola oreja por el pinchazo previo a la estocada. También el tercero, con el hierro de El Pilar, tuvo mucho que torear, pero también la exigencia de un animal que no puso las cosas fáciles. Lo consintió Pepe con seguridad, lo ahormó con paciencia y terminó pegándole muletazos para cortarle una oreja tras la estocada.
Más complicado lo puso el cuarto que se encontró con la firmeza de un Moral muy metido en la tarde, le plantó cara con la muleta hasta el final y terminó ganando la pelea y también una oreja, la quinta hasta ese momento del festejo.
En el quinto llegó el momento de mayor entrega, en un toro que embistió muy franco y con mucha clase al que el torero de Los Palacios y Villafranca incluso le puso banderillas con mucha solvencia. Pero fue con la muleta, en un toreo larguísimo, con la que conquistó a un tendido que hubiese concedido el doble trofeo si hubiese funcionado la espada. Al final, hubo ovación.
Pero quedaba la traca final, y esa era el sexto, con el hierro de Villamarta. El animal, bajo, de mano corta, de expresión de sincera franqueza, parecía diseñado para embestir. Y vaya si lo hizo, en una faena de tremenda entrega de toro y torero que terminó con el indulto del de Villamarta, un ejemplar con el nombre de Urcolaneto herrado con el número 11.