30/10/2020. 32 lecturas. Los ayuntamientos de Coria del Río, La Puebla del Río, Los Palacios y Villafranca, Aznalcázar e Isla Mayor y representantes del sector arrocero ha alcanzado un protocolo para la implantación de un nuevo modelo de gestión sostenible para la quema de los rastrojos generados tras la recolección del cultivo del arroz. Al acto de adhesión acudía el alcalde palaciego, Juan Manuel Valle, en representación de nuestro municipio. También ha sido testigo de este momento la consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, Carmen Crespo, y miembros de las organizaciones agrarias Asaja, Upa y de las Cooperativas Agroalimentarias de Andalucia. Según ha manifestado Juan Manuel Valle este nuevo modelo para la gestión de los rastrojos del arroz llega con la intención de impulsar la economía circular y reducir el impacto en nuestras poblaciones. Para Valle es el resultado de un año de trabajo en positivo, y agradece la voluntad de la Junta a la hora de atender las demandas de los municipios afectados.
Así este protocolo ofrece "una respuesta unificada y coordinada" que minimice el impacto a los núcleos de población colindantes a los campos de arroz. De esta forma, las tres partes implicadas se comprometen "con la sostenibilidad económica y ambiental" y apuestan por un "modelo de gestión para la quema de rastrojos basado en la previsión de distintos escenarios meteorológicos".
Fruto de esta colaboración se fija como práctica recomendada realizar una gestión de la paja con procedimientos distintos a la quema y, en caso contrario, se definen las condiciones y requisitos necesarios para proceder a éstas de forma segura.
A través del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Ifapa) se va a fomentar la investigación y transferencia de conocimiento, para estudiar las posibilidades de incorporación de la paja en el terreno y para explorar otros usos como recurso biomásico.
En base al nuevo modelo, y fruto de un equipo técnico multidisciplinar, se analizan los tipos de dispersión de partículas y se establecen tres escenarios meteorológicos para permitir o no la quema por polígonos de superficie sin generar molestias, se programan las parcelas sobre las que se actúa, se fijan turnos y horarios atendiendo a las condiciones agronómicas, se llevan a cabo vigilancias y se proponen criterios geográficos y de dilución para mantener siempre el nivel de contaminantes por debajo de los índices permitidos.
Por ejemplo, no deben realizarse quemas ni el día que llueva ni el siguiente, para evitar que el combustible esté muy húmedo y provoque más humo. Y está desaconsejada la quema de restos de cultivos en parcelas a menos de 1 kilómetro de un núcleo de población o una franja de seguridad de 400 metros en las parcelas con influencia forestal.
Por su parte, los ayuntamientos firmantes del protocolo manifiestan su voluntad de adaptar las ordenanzas municipales para promover el dictado de bandos municipales que recojan de manera homogénea los requisitos de quema de la paja; y las entidades representativas del sector arrocero (Federación de Arroceros de Sevilla, UPA, Asaja y Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía) promoverán la adopción de este modelo de gestión, fomentando su conocimiento por parte de todo el sector, manteniendo una interlocución activa con los ayuntamientos y con la propia consejería, de forma que el modelo pueda ir adaptándose y mejorándose durante la campaña de cultivo.
La recolección del arroz en la provincia de Sevilla se concentra principalmente en el mes de octubre. Una vez finalizada la misma se inicia, en parte de la superficie, la quema de la paja generada, siendo una práctica que tiene lugar mayoritariamente en los meses posteriores. El cultivo del arroz tiene un alto valor ambiental y genera beneficios a la avifauna.